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jueves, 20 de enero de 2011

A PUNTO DE PARTIR

Hace unos meses escribía aquí sobre mi antiguo y desaparecido blog, y éste, recientemente estrenado. hablaba entonces de transición, de cerrar una etapa y abrir otra. Aquello era tan sólo un presagio, porque nada sabía entonces de lo que ahora estoy a punto de iniciar.

Los que me conocéis un poco, sabéis de mi reticencia por todo lo que suponga rutina, y mi continuo empeño por buscar nuevas experiencias y provocar cambios de cualquier tipo. Sobre todo mi disposición en estos últimos años de encontrar un trabajo más acorde con mi formación, mis intereses y mis capacidades. Cuando ya casi había desistido, cuando había encontrado las ventajas a mi situación laboral actual, se me presentó una oportunidad y no la quise dejar pasar. En estos días he recordado varias veces algo que leí en un libro de mi admirado José Luis Sampedro, en el que decía que estamos obligados a hacer aquello que podemos, que consideramos que sabemos hacer.

Hace casi 24 años llegué a esta ciudad, de la que desconocía todo, en la que no conocía a nadie, y me tuve que enfrentar a lo que supone convivir y trabajar con un grupo de personas diferentes, que tenían sus intereses, sus anhelos, y que formábamos parte de una estructura que definía, al menos parcialmente, nuestras relaciones personales y laborales. Los primeros tiempos fueron muy difíciles, he aprendido mucho, aunque con frecuencia de formas no del todo gratas. Ahora, en la víspera de decir adiós a todo eso, son muchos los recuerdos y los momentos que vienen a mí, sobre todo los mejores, y por eso me resulta triste ponerle fin. Por eso y porque lo conocido infunde seguridad y no requiere esfuerzos complementarios, y las certidumbres nos agarran para regalarnos una agradable sensación de confort.

Estas dos semanas han sido intensas, de ajetreo, de actividad, de dejar acabadas muchas tareas y hacer los preparativos para iniciar otras. Pero también de evaluación, de balance personal. Ha sido un momento en el que parte de mi vida se me ha presentado como una cadena de causas y consecuencias lógicas, y donde muchas piezas han cobrado sentido. He recordado tantas situaciones, a tantas personas, algunas incluso que ya no están, que han contribuido a lo que ahora soy y lo que he ido consiguiendo, que es imposible poderlo sintetizar en unos cuantos párrafos.

Pero sobre todo, he recibido tantos gestos, tantos buenos deseos, tantas sorpresas hechas de palabras bonitas y de cariño, que sólo por esto vale la pena dar el paso para iniciar una nueva etapa en la vida. Como decía el otro día en twitter, lo mejor de la despedida es escuchar que te van a echar de menos.

A Partir del domingo sin duda este blog tendrá otro tono, estará escrito desde otra tierra, otro calor, otro mar, y mi voz sin duda estará influida por las gentes que encontraré por allá. Espero que también sirva para seguir un poco más cerca de los que os quedáis por acá.

1 comentario:

Rosa Chacón dijo...

muchísima suerte! Te va a ir muy bien vas a ver.