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sábado, 17 de julio de 2010

Desde una madrugada en Sarria

Son las dos y media de la madrugada y el despertador sonará a las seis, así que creo que no me interesa escribir mucho, pero quería hacerlo para que supieséis que estoy bien y que finalicé con éxito la segunda etapa.

El retirarse a estas horas es consecuencia de tener buena gente conocida en el pueblo por donde uno pasa. Sí, Oscaryg ha sido un buen anfitrión que nos ha acompañado a Sarimita, Isabel y a mí a conocer las calles y los lugares de su pueblo, estupendas las terrazas al lado del río y también los lugares para tomar una copa.

esta tarde ha sido muy aciaga para mí. Me las prometía muy felices cuando acabamos la etapa a las tres de la tarde. Pero la cosa se empezó a estropear cuando nos dijeron que aún no habían llegado las mochilas, y empeoró cuando no estaba la mía entre las del resto. terrible no poder contar con ninguno de mis enseres, pero muchísimo peor descubrir que entre ellos estaba mi línea Braille. Al final resultó que mi mochila se había quedado con otras dos en triacastela y allí tuvimos que ir en coche a recuperarlas, para entonces ya eran las siete de la tarde.


A diferencia de ayer, los primeros ocho km los hicimos todos juntos, la mayoría de los recorridos los compañeros que van en sillas de ruedas tienen que ir por itinerarios diferentes. En las subidas necesitan ayuda, pero en las bajadas eran la envidia del resto y pronto los perdíamos de vista.


Por la mañana me levanté mejor de lo que esperaba, pero durante la jornada fui sintiendo de una forma muy notoria los kilómetros ya recorridos. La fuerte bajada de ayer se sentía en las rodillas y los dedos de los pies, y llegué a celebrar las subidas.

El día amaneció totalmente despejado, aunque el calor no nos castigó demasiado. Después de la subida de San Xil, todos los peregrinos pusieron en marcha sus máquinas de fotos para captar el paisaje. El día despejado mostraba la montaña y el bosque, mientras en el fondo del valle la niebla persistía como masa de algodón. Poco después, un pasillo de robles, castaños y abedules, con las ramas de los árboles entrelazadas, sugerían escenas y personajes de cuentos de hadas.

En Montán el terreno se hizo más complicado y tuvimos que dividirnos de nuevo en dos grupos.

En el siguiente pueblo una persona resbaló y un lugareño comentó entre risas que aquello no era Madrid, su mujer salió al momento, con delantal y todo, para comprobar que era lo que sucedía.

Al entrar en el Concello de Sarria paramos a comer y nos enteramos que los de las sillas y los coches de apoyo se habían perdido, no aparecía el mojón 119 por ningún lado y los Gps parecían no ayudar mucho.

Unos cuatro km antes de llegar a Sarria paramos en el albergue Paloma y Leña que tienen los Amigos del Camino, lugar muy agradable con un comedor acogedor. con unadecoración esmerada. Leímos un texto de Alfonso X el sabio que decía así: quemad los viejos leños, bebed los viejos vinos, leed los viejos libros y tened viejos amigos, !viva lo viejo! También había información sobre una señora de más de 70 años, que se desplazó de Texas a Francia para realizar su sueño, recorrer con su arpa los más de 700 km del camino.

2 comentarios:

jararroja dijo...

Maga, disfruto leyendo tus paisajes y paisanajes desde la quietud vacacional. ¿qué tal tu ampolla incipiente? espero que la hayas olvidado y que no vuelvan a olvidar esalínea braille por la que tanto te envidio.
Besos de una vieja que trata de convertirse en anciana¡o bruja!

Óscar Yáñez González dijo...

Me alegro que la estancia por Sarria os haya sido agradable y espero que las consecuencias de haberse acostado tarde no hayan sido muchas.
Yo también os quiero agradecer las horas tan agradables que he pasado en vuestra compañía y espero que pronto se puedan repetir.
Saludos.