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martes, 20 de julio de 2010

desde Arzúa

Pues sí, aquí estamos ya, a tan sólo 39 km de Santiago, después de haber recorrido unos 115. La etapa de hoy ha sido muy larga, pero también muy bonita, y el día nos ha deparado sorpresas reseñables. A estas alturas ya hay algunas personas que llevan vendado un tobillo, una rodilla, y por supuesto muchas que cuentan con ampollas. Yo al final hoy me ha tocado sufrirlas, tengo dos y espero que al menos me permitan hacer los kilómetros que me faltan.

Empezamos a las 8 y hasta las 10 cubrimos los kilómetros que nos quedaban de la Provincia de Lugo, Campanilla es su última población habitada. La mañana fresca y los parajes que recorríamos nos hicieron disfrutar de la marcha. en San Xulián do Camiño pudimos ver unos cuantos hórreos y encontramos varias corredoiras, pasillos de árboles que hacen de la caminata un paseo para disfrute de los sentidos.

Al pasar la frontera de a Coruña, nos encontramos en el concello de Melide y paramos en Leboreiro para reponer fuerzas y encontrarnos con los de las sillas que hacían su ruta por la carretera, hoy acompañados por protección cívil porque el tráfico presenta importantes peligros.

En Leboreiro pudimos ver un cabazo, canasto jigantesco para guardar el maíz, y la iglesia de Santa María, románica de transición, donde por supuesto conseguimos otro sello para nuestra credencial.

Por supuesto nuestro grupo, de 52, llama mucho la atención. Hoy nos contaron unos peregrinos que otros les habían preguntado si se habían encontrado con unos que llevaban las camisetas naranjas, ellos les respondieron que habían visto a unos que las llevaban rosas, y es que cada día llevamos la del patrocinador de la etapa y cada una es de un color. Por cierto, que los patrocinadores son todos empresas y corredores de seguros, de ahí el nombre del proyecto, Xacobeo Solidario del Seguro 2010, y si buscáis en Facebook este término, podréis ver las fotos actualizadas de nuestras peripecias.

Atravesamos el parque empresarial de Melide, donde varias empresas nos hiciehon olvidar el agradable ambiente del bosque con sus pestilentes olores.

Poco después llegamos a Melide donde teníamos previsto comer una estupenda pulpada y que cumplimos punto por punto. Hoy era el cumpleaños de Juanjo, uno de los conductores y verdadero animador del grupo. Le regalamos un bordón, el tradicional palo que llevaban los peregrinos, una camiseta en la que aparecen los nombres de todas las etapas del camino y un vale por una bicicleta para hacer la última etapa y entrar con el resto del grupoen Santiago.

Temíamos el momento de después de la comida, aún nos quedaban 14 km por recorrer. Afortunadamente se había nublado, no sabemos si por la intercesión del Santo o por la petición que nuestra bruja particular había hecho la noche anterior ante laqueimada. Así y todo no llegamos hasta las 7 a Arzúa, que parecía que no llegahía nunca.

Pasamos por varios eucaliptales, suaroma daba una gran sensación de frescor. Pero el final de la etapa tenía una buena cuesta,y el pueblo parecía enorme pues el albergue no llegaba nunca.

escuchamos música de gaitas y empezamos a suponer a que se debería. Lo que no imaginábamos es que aquellos gaiteros ataviados con trajes tradicionales y que tocaban tres gaitas y dos bombos, nos esperaban a nosotros, y después de deleitarnos con unas cuantas piezas musicales nos escoltaron hasta el albergue Vía Láctea.

Unos amigos de los organizadores nos habían preparado aquella fiesta. Además de la música nos obsequiaron con una estupenda merienda, queso de Arzúa, empanadas de tres tipos, con mejillones, zamburiñas y choco, eran de maíz y sinceramente son las mejores que he comido en mi vida, bizcocho, tarta de Santiago, licor de café, etc. Los camareros que servían la merienda iban vestidos de monjes hospitalarios, y hasta el alcalde del pueblo estaba allí. Hubo de todo, comida, bebida, discursos, música, cánticos y hasta bailamos. Más de uno de los asistentes se emocionó, la verdad es que fue una gran bienvenida, una sorpresa muy de agradecer, por un momento olvidamos el cansancio y disfrutamos de la fiesta que nos habían preparado en Arzúa.

1 comentario:

jararroja dijo...

¡bien por los de Arzúa y su recibimiento y bien por vosotras y vosotros que habéis llegado con bien hasta allí! ¡ánimo, que ya no os queda nada para la indulgencia o lo que sea que se gane al llegar, además del merecido descanso, claro!