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lunes, 26 de julio de 2010

De Arzúa a Pedrouzo

Nuestra sexta etapa comenzó en Arzúa y finalizó en Pedrouzo. Después de la larga jornada anterior, 29 km, y dado que ésta contaba con 10 menos, la hora de desayunar se fijó a las ocho, y no como a las 7 que fue los días anteriores. El albergue vía Láctea no tenía sitio para desayunos, por lo que fuimos al mesón do Peregrino, donde pudimos renovar fuerzas con zumo de naranja natural, entre otros alimentos. Lo cierto es que hemos comido muy bien durante todo el camino, independientemente del establecimiento donde fuese, y muchas veces con productos de la tierra gallega.

 

El primer sitio por donde discurrió el camino ese día fue por As Barrosas y su capilla de San Lázaro, bajamos hasta el río Brandeso, afluente del Iso, que disfrutamos  en la etapa anterior, y de nuevo subimos, esta vez hasta Preguntoño, aldea de la parroquia de Burres, con su Ermita de San Paio, del Siglo XVIII. Desde aquí teníamos una buena perspectiva, en el cerro de enfrente a Arzúa, lugar donde tan bien nos habían recibido el día anterior, y así pudimos despedirnos de ella. Pasamos por Aperoxa, el riachuelo Ladrón, Taberna Vella, donde un cartel indicaba que era un lugar que invitaba al descanso.

 

Así llegamos al Concello do Pino, el último antes de llegar al de Santiago. Poco a poco la Galicia rural quedaba atrás y la urbana se dejaba sentir cada vez con mayor fuerza. Los eucaliptales se harían cada vez más frecuentes, los robles y los castaños irían escaseando, quedaban lejos los grandes y antiguos ejemplares, pero ya no olvidaríamos el castaño de ochocientos años que pudimos rodear en Ramil, poco antes de llegar a triacastela, o los robles donde nos pudimos recostar buscando sus buenas energías.

 

Paramos a comer en un bar de la aldea de San Breixo de Ferreiros. Allí vinieron a buscarnos los de la televisión gallega para sacarnos en directo en uno de sus programas. Habló Carmen, la coordinadora del proyecto, presidenta de la Fundación deporte y Desafío, ejemplo de eficacia y simpatía, pues cualquier cosa que tenía que decir la acompañaba siempre de una sonrisa, y algunos de los participantes. Por supuesto también cantamos acompañados por la dulzaina. Lo de la televisión tuvo su efecto, pues cuando la expedición de sillas entró en Pedrouzo, algunos de los vecinos salieron a la calle a darles la bienvenida con sus aplausos, reconociendo así su esfuerzo.

 

En el kilómetro 13 de la etapa, es el punto donde se unen el Camino francés con el del Norte, por lo que la afluencia del número de peregrinos creció todavía más.

 

Hicimos otra parada en O Empalme, de la Parroquia de San Lourenzo de Pastor. Restaban 4 kilómetros para el final, y poco después entramos en la parroquia de Arca, a la que pertenece O Pedrouzo. La carretera se hacía ya interminable, y el pueblo parecía no llegar nunca. Pero al final apareció, empezaron los primeros huertos, signos inequívocos de estar llegando a una población. Pasamos por el polideportivo, repleto de peregrinos, muchos de ellos acampaban con sus esterillas y sus mochilas en las aceras del exterior del recinto, y nos congratulamos de nuestra suerte, pues al menos nosotros podríamos descansar en la cama de una pensión.

 

Llegamos a la pensión Maribel y La pensión Arca, hospedajes contiguos entre los que nos repartimos. Lo de Arca, además de tener sentido por la parroquia a la que pertenecía el pueblo, parecía tomar su nombre también, por la cantidad de pollos y gallinas que podíamos contemplar al abrir la ventana de la habitación, hasta tres infelices pollos que habían pasado a mejor vida, y quedaban expuestos cabeza abajo en la cerca de la pensión.

 

La reunión de aquella tarde la hicimos en un agradable patio al que daban muchas de las ventanas de nuestros alojamientos, entre risas pues la hicimos como si de una reunión de vecinos se tratase, disfrutando del sol y curándonos algunas ampollas.

 

La cena fue en el bar Pedrouzo, y en muchos sentidos parecía ya la despedida. Los patrocinadores de aquel día nos hicieron algunos regalos, y empezaron los reconocimientos, las palabras, los recuerdos, las emociones y los aplausos. En una expedición de personas tan diferentes, se aprende mucho unos de otros, y las situaciones vividas dejan las emociones y los sentimientos a flor de piel.

 

La noche acabó con un espectáculo de una persona perteneciente a magos solidarios que causó la sorpresa de muchos y la delicia de los más niños: Carlos, Andrés, Jorge, Javi y Alejandra. Y así nos fuimos a la cama, pensando que ya sólo nos quedaba la etapa que nos dejaría en Santiago de Compostela.

 

3 comentarios:

mobis dijo...

Buen Camino y que disfruteis de Santiago!

jararroja dijo...

sigo disfrutando del relato de tus experienciascon un poquito de envidia, porque las ampollas se curan, pero lovivido y aprendido, eso siempre permanece en nosotros. .

mobis dijo...

¡Hola de nuevo! Te escribo desde Xacobeo porque estamos organizando un concurso para personas que escriben sobre el camino de Santiago y creo que te puede interesar. ¡Ah! Y el premio para el ganador es un Ipad ;-)
http://camino.xacobeo.es/es/comunidad-peregrinos/concurso-xacoblogs
Espero que sea de tu interés